Miedo a las cosas que se arrastran
Sí, en líneas generales, es el miedo a los reptiles, es decir, a todo lo que vaya reptando por el suelo. No es lo mismo que el miedo a las serpientes, que es mucho más específico, aunque muchas voces aseguran que sí es lo mismo. De hecho, la herpetofobia es uno de los miedos más comunes. ES muy lógico, teniendo en cuenta que muchos de estos miedos nos producen una sensación de incomodidad interna, y queremos la fuente de ello lo más alejado de nosotros posible.
De hecho, es la segunda fobia más común del reino animal, y seguro que te sabes cuál es la primera, aunque te lo descubriremos a lo largo de este artículo. Da igual que sea una serpiente pequeña, una grande, o un lagarto, porque seguro que nos hacen temblar a la primera, y lo comprendemos. ¿Sabes de dónde viene la palabra “fobia”? Viene de “Fobos”, que era el hijo de Ares y Afrodita, y la encarnación del miedo en el mundo griego.
Miedo a los espacios cerrados
Sí, la claustrofobia es un problema muy común, y de hecho, se puede detectar fácilmente, por ejemplo, en sitios pequeños y cerrados, aunque estén concurridos, como los ascensores, o las antiguas cabinas de teléfono. Estas personas sientes absoluto pánico en esos espacios, y no solo esto, también les agobia ver situaciones parecidas en el cine, o en la televisión.
Películas como “Enterrado”, no son de mucha ayuda, ni escenas como la de “Kill Bill” en la que Uma Thurman se queda atrapada. Sin embargo, gracias a algunas terapias, es posible tratarlo. Aunque los miedos no suelen ser afectar en la vida cotidiana, algunas de las fobias sí que pueden resultar muy incómodas para algunos trabajos o algunas situaciones que sí que se dan todos los días, así que siempre es preferible hacer algo para tratar el miedo.