2- Estás muy consciente de las emociones de los demás
Además de ser una persona muy afectiva, también eres muy intuitiva cuando se trata de las emociones de los demás. Gracias a tu especial empatía, percibes mejor los sentimientos de los demás respecto a la mayoría. Siempre sabes cuándo una persona se siente mal a pesar de que ponga excusas.
Cuando un ser querido está pasando un mal trago y trata de fingir que están bien, tú eres el primero en llegar con un abrazo y un poco de comprensión.