En 2013 se calculaban que solo solo existían dos poblaciones en Andalucía aisladas entre sí con un total de algo más de 300 individuos en aumento, más otra en los Montes de Toledo de unos quince individuos y por ello escasamente viable, lo que lo convierte en la especie de felinos más amenazada del mundo.
Es un felino de aspecto grácil y una cola corta con una borla negra en el extremo que suele mantener erguida batiéndola en momentos de peligro o excitación. Sus características orejas puntiagudas están terminadas en un pincel de pelos negros rígidos que favorece su camuflaje al descomponer la redonda silueta de su cabeza.
El lince ibérico es el único carnívoro considerado como especialista en conejos. Esta especie le aporta del 80 al 90 % de su alimentación. También consume anátidas, ungulados, perdices, pequeños mamíferos y otras aves.